La creatividad es el don más apreciado para la industria del marketing, pero no siempre brilla como quisiéramos. Por presión, cansancio o falta de motivación, a ratos nos quedamos en blanco, dando vueltas sobre lo mismo y con nulos resultados. Entonces, la inspiración debe surgir de la observación del mundo y sobre todo, de sus otros observadores. Hoy les presento un imperdible, el maestro actual de lo que llamo “la otra mirada”: el español Enrique Gallud Jardiel, autor del libro “Historia estúpida de la literatura”.
Lo primero que conocí de él, hace unos años, fue su blog Humoradas, fuente de ironía y creatividad sin límites. Me conquistó su humor inteligente que, en lo personal, sirvió muchas veces de terapia. Luego vino el descubrimiento de su origen. Nieto de Jardiel Poncela, no podía más que replicar y actualizar su don.
“Es Doctor en Filología Hispánica y ha enseñado en universidades de España y del extranjero. Ha publicado más de una treintena de ensayos literarios, históricos y filosóficos y ha acabado hasta la coronilla de tanta erudición y tanta mandanga” reza la introducción de su libro, con lo que nos da un puntapié inicial para empujarnos al lugar donde nos encontraremos al leerlo..
Sí, “Historia estúpida de la literatura” es una obra maravillosa que nos promete descubrir “Versos imitativos, falsas reseñas de libros, textos apócrifos, parodias teatrales, burla de las técnicas de los talleres de escritura y otras muchas cosas sorprendentes”.
Además de asegurarles el goce total- incluso para el que jamás lee- es interesante comentar cómo el ingenio del autor nos enseña de manera magistral el tema de la otra mirada. Dar vuelta la vida como un saco lleno y hacer que caiga lo que no sirve, para pulir luego las ideas hasta volverlas geniales es un arte y Gallud es el Gran Artista de ese proceso en la actualidad.
Tú sabes, para muestra un botón. Del texto “La misoginia del bolero”
“Las mujeres no tienen conversación. Este es un hecho que se desprende de
gran cantidad de letras bolerísticas. El enamorado no consigue arrancarles una
palabra que merezca la pena ser escuchada y tiene que buscarse interlocutores
debajo de las piedras, como cuando dice:
Anoche hablé con la luna.
¡Me dijo tantas cosas…
que quizás esta noche
vuelva a hablarle otra vez!
Eso es lo mejor que puede hacer por la noche, teniendo el cuenta el nivel
intelectual de su media naranja.
Además, las mujeres no entienden el lenguaje simbólico y el amante se ve
obligado a ofrecerles una traducción consecutiva inmediata de sus palabras y
gestos.
«Dos gardenias para ti. Con ellas quiero decir «¡Te quiero!, ¡Te adoro! ¡Mi vida!»
De no hacerlo así, ella se quedaría sin saber qué demonios significaba que él le regalase gardenias u otras flores cualesquiera.”
Y no sólo podemos aprender de su ingenio (que, desde ya advierto no se contagia, hay que trabajarlo) sino que también vemos en la práctica la importancia de las redes sociales para intelectuales, artistas y creativos. El autor escribe su blog a diario, tiene Facebook, Twitter y canal YouTube.
No se pierdan su obra, es de un goce total.