Jordí Viola: Tras el hilo de la India, Les Punxes, Barcelona; 1985; 301 págs.; 100 rupias. (Reseña)
Como prólogo a su libro, el autor hace una adecuada cita del Divyavadana, una colección de textos budistas redactados en lengua sánscrita:
Aquello que hicimos
nunca está del todo perdido;
madurará en su momento,
dando su fruto.
La obra que nos ocupa es una buena prueba de que el autor no desperdició su ocio durante sus constantes viajes y sus largas estancias en la India, en el transcurso de los últimos ocho años. Efectivamente, a lo largo de estos períodos asimiló en gran manera el epos del país, conoció su cultura y convirtió su fascinación a priori por la India y por lo que ella representa en un cumulo informativo de enorme valía que será de gran utilidad para mucho y variado público. Su proyecto ha sido la elaboración de una guía cultural, al tiempo que práctica, sobre la India, sus principales aspectos y aun sus pormenores.
Este libro, que se incluye en la colección titulada “Oriente es así”, es homogéneo y honesto; la información que nos facilita es aceptable y el tono con que lo hace es siempre respetuoso. Viola afirma claramente que ama a la India y el que lea su libro afirmará también que la entiende. Nos sentimos propensos al entusiasmo al enjuiciar este trabajo, teniendo en cuenta que, sobre el tema, se han escrito y editado libros de información errónea y evidentemente emprejuiciados contra el país y no podemos por menos de hacer resaltar el valor de la presente obra tras haber leído libros tan desdichados como Guía a la India, de Manuel Matellán, editado por Edibook, de Barcelona, en 1975, que se limita a dar informaciones puramente delictivas sobre cómo cambiar divisas en el mercado negro y cómo conseguir estupefacientes a bajo precio. Tras la publicación de libros como éste, era más que nunca necesaria una guía honesta y de información fidedigna, como lo es la que nos ocupa.
El material que se maneja es fruto de la experiencia del autor, pero ésta no carece de un fundamento teórico. Viola se ha basado en una amplia bibliografía de más de un centenar de libros escogidos sobre la India, principalmente de autores indios e ingleses, aunque por una enumeración y descripción también pueden hallarse en ella obras de importancia de indólogos franceses y alemanes. Esta base evita el peligro de las imprecisiones. Viola ha sabido soslayar con éxito este peligro.
Tras el hilo de la India se divide en siete partes fundamentales, cada una de ellas de extensión limitada, pero con amplia cantidad de información sabiamente resumida en ellas. La primera trata de la historia de la India desde Mohenjo Daro hasta nuestros días y sirve de referencia comparativa para que el público español e hispanoamericano, al que la obra va dirigida, pueda establecer fácilmente una correlación entre su propia historia y la de la península indogangética. A continuación, el autor hace un resumen esquemático de las principales religiones y escuelas filosóficas indias, con una sinopsis de sus postulados fundamentales. Hace mayor énfasis en las religiones originarias del lugar, como el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sikhismo. El islamismo, el cristianismo y el judaísmo se tratan también, aunque de una manera más superficial, por ser de origen extranjero. La tercera sección nos da una versión esquemática de la historia del arte en la India, con sus escuelas principales de arquitectura, escultura y pintura, sin olvidar también las aportaciones musicales.
Otra sección es la formada por las principales deidades hindúes y de los mitos con ellas relacionadas. Aunque esta parte es igualmente pertinente que las demás en el marco de la obra, no parece adecuada su inserción como un elemento separado de la sección sobre las religiones, de la que debería ser una parte integrante. Su tratamiento como un tema aparte es quizá el mayor error del libro, puesto que da al lector occidental la impresión de que las deidades del panteón que se describen no son una parte simbólica de la religión, sino un fenómeno de segunda importancia y más relacionado con las supersticiones o el fetichismo. Ha de tenerse en cuenta el hecho de que, para los occidentales, el concepto “muchos dioses” necesita ser cuidadosamente explicado de una forma sistemáticamente filosófica, si no se desea que se malinterprete.
Tras este apartado, el autor nos habla de la sociedad hindú y de sus aspectos destacados y pintorescos, para pasar de inmediato a hacer una descripción de las tradiciones más arraigadas en el país. Por último, el libro incluye un apartado de información turística, llamado “Guía práctica de viaje”, en donde se le proporciona al lector toda suerte de datos de interés sobre los lugares de la India dignos de ser visitado, por su belleza natural, sus monumentos, sus festividades o su importancia histórica o cultural. Los detalles sobre los medios de transporte y los lugares de atracción turística son precisos y claros y sirven para que el viajero pueda desplazarse con facilidad y sin pérdidas de tiempo. La experiencia turística de Jordi Viola queda enteramente recogida en estas páginas para que cualquiera que las consulte pueda aprovecharla de forma efectiva. Resumiendo: es ésta una obra por entero digna de elogio y que cumple a la perfección la función para la cual fue elaborada.