Ángel Barahona: Sobre el amor en tiempos incrédulos, Encuentro, Madrid, 2023, 190 págs.
El amor, exaltado siempre como fundamento de religiones, como motor impulsor del ser humano, como el gran tema artístico, como lo mejor del hombre, en suma, pasa por malos momentos. Una sociedad que vive tiempos convulsos, cambiantes y agresivos modifica nuestro comportamiento, deteriora el concepto de familia al normalizar las separaciones conyugales, dificulta las relaciones humanas y «deconstruye», por así decirlo, el amor en partes incompletas de por sí: costumbre de vivir unidos, necesidad de compañía, hábitos mecánicos de convivencia, actividad sexual y poco más, perdiéndose el verdadero sentido del acto de amor.
Todo esto es lo que estudia con gran lucidez Ángel Barahona en este libro que no es solo oportuno sino plenamente necesario. La confusión actual con respecto a temas vitales como el género, la responsabilidad individual, el matrimonio, los derechos de los hijos o la educación pide palabras directas y definitivas que nos guíen y orienten.
El autor —gran conocedor de las realidades teológicas y antropológicas— nos ofrece una cuidada síntesis sobre las enseñanzas de ayer y de hoy que el ámbito cristiano nos ofrece sobre el amor humano y divino. Textos bíblicos, encíclicas y estudios teológicos constituyen las sólidas fuentes en las que Barahona se basa para construir un tratado preciso, profundo, didáctico —no por ello menos ameno— y completo sobre el tema.
Uno de los objetivos —plenamente logrados— del autor, como nos dice en su introducción, es ayudarnos a discernir sobre estos asuntos, a diferenciar la verdad de la apariencia de verdad, lo realmente bello de lo que solo lo es de manera superficial. Preconiza una forma mejor de vivir el amor, un cambio de actitud y de mentalidad, para que deje de ser esa emoción dañina y tóxica que muchas veces nos hace sufrir en lugar de proporcionarnos la consciencia continua de que somos humanos entre otros humanos y de que esta hermandad nuestra puede y debe ser fuente de felicidad para todos.
La primera parte del ensayo estudia en detalle las relaciones amorosas y sus dificultades inherentes: el narcisismo, el ansia de placer inmediato, el victimismo, el orgullo que lleva al rechazo del otro, la inconstancia, la incapacidad de adaptación a las necesidades de la pareja. Se insiste en la necesidad de un cambio total de paradigma si se quieren evitar las frustraciones que cada vez envenenan más las relaciones afectivas. Barahona proporciona consejos y nos presenta actitudes mentales que nos pueden enseñar a mejorar la convivencia.
Se pasa luego a recordar y a actualizar la tradición bíblica, con la valiosa aportación que significa su sabiduría de siglos. Y, a continuación, hallamos un capítulo esencial sobre el significado del matrimonio considerado como un sacramento y no meramente como un contrato conveniente para la vida moderna. Es de destacar la naturaleza básicamente práctica de esta obra, que no se limita a una exposición académica, sino que nos provee de herramientas de comportamiento moral para mejorar nuestra vida amorosa. El título de una de sus secciones («15 claves para vivir el conflicto con final feliz») ejemplifica a la perfección lo que el libro nos ofrece, todo ello expuesto con suma claridad y con las pertinentes referencias a los textos religiosos que inspiran dichas claves.
Como el fin lógico de la relación de pareja es la paternidad, el estudio dedica gran parte de su contenido a ponderar los deberes, obligaciones, derechos y problemas de los padres. Se analiza cómo y por qué la figura paterna se ha venido banalizando, cómo ha perdido autoridad y respeto, y cómo todo ello ha devenido en una pérdida de valores y en un deterioro educativo —en el sentido más pleno del término— durante las últimas generaciones. El autor aboga por una vuelta a la dignidad del padre, de la figura masculina como indispensable para la correcta formación de un hijo, tal y como psicólogos y sociólogos nos aseguran que es.
Este es un libro valiente para los tiempos en que vivimos, necesario —como se ha mencionado— y pulcramente elaborado. A su autor lo mueven las más loables intenciones de poner su experiencia y saber acumulados de años de lecturas y estudio al alcance de otros, para así contribuir a mejorar sus vidas, lo cual es un acierto a nuestros ojos, pues todos tenemos el deber ineludible de dar a los demás lo mejor de nosotros mismos.