Este admirable personaje solamente se dedicó a la política durante un breve periodo de tiempo, pues su actividad primordial fue la investigación y la enseñanza. Nicolás Salmerón Alonso (Almería, 1938-Pau 1908) fue Catedrático de Historia Universal en la Universidad de Oviedo y de Metafísica en la Universidad Central de Madrid. Fue partidario del krausismo y estuvo preso por sus ideas políticas durante el reinado de Isabel II.
Perteneció al Partido Progresista, que abogaba por un republicanismo federal. Fue Diputado a Cortes por Badajoz y, con la llegada de la I República, Ministro de Gracia y Justicia. Tras la dimisión de Pi i Margall, las Cortes Constituyentes le eligieron Presidente, cargo que ejerció durante sólo mes y medio, entre julio y septiembre de 1873. Durante esa corta presidencia tuvo problemas con el ejército y con las sublevaciones cantonales.
La Restauración borbónica le privó de su cátedra en 1875, tras un proceso de represión contra los republicanos. Se tuvo que exiliar en París, donde fundó el Partido Republicano Progresista, junto con Ruiz Zorrilla.
Sus ideas fueron siempre progresistas: defendió la legalidad de la I Internacional y el derecho de los obreros a asociarse libremente. En el terreno de la educación, fue uno de los inspiradores de la Institución Libre de Enseñanza.
Fue uno de los pocos políticos que han abandonado el poder por principios éticos. Su condición de Presidente hacía caer sobre él la responsabilidad de firmar diversas penas de muerte. Salmerón se negó a hacerlo y renunció a su cargo.