El cuidado de árboles enfermos es una actividad que tradicionalmente han venido llevando a cabo los jardineros y los arboricultores en todas partes del mundo, sin que se les haya otorgado especial mérito por ello. Sin embargo, hay una diferencia apreciable entre el cuidado y mantenimiento de una planta a su “cura” cuando se encuentra enferma debido a cualquier circunstancia.
El médico de árboles no es un jardinero corriente, ni siquiera un ingeniero forestal. Es un profesional especializado que trabaja por encargo allí donde se le llama y se encarga de sanar y rehabilitar árboles aquejados de cualquier tipo de enfermedad o plaga. Los propietarios de los árboles les consultan sobre los problemas de sus ejemplares y el médico hace una especie de trabajo forense y analiza la causa del deterioro del árbol: si se debe a la contaminación, a un daño sufrido porque le colocaron rótulos o cables, a una mala nutrición de las raíces o a cualquier otro mal.
La naturaleza ayuda mucho en este proceso de sanación, por lo que el médico de árboles consigue casi siempre devolver la salud a su paciente. Mediante podas especializadas, medicinas concretas, funguicidas, plaguicidas y una adecuada fertilización se suele conseguir el éxito, aunque el proceso es lento y los médicos de árboles deben tener mucha paciencia.
¿Sabías que el origen de este concepto se remonta a los antiguos druidas, a los que se consideraba protectores de bosques y plantas? ¿Que esta profesión, en principio minoritaria, se extiende cada vez mas? ¿Que ahora pueden hacerse consultas on-line a estos médicos, que te darán consejos gratuitos para el mantenimiento de tus árboles?