Esta farsa de polichinelas en tres actos se estrenó en el Teatro Lara de Madrid el 9 de diciembre de 1907. Su argumento se halla inspirado en la obra de Lope de Vega El caballero de Illescas. Sus protagonistas no pretenden ser humanos, pero sí personajes de un guiñol tradicional, surgidos todos de la Commedia dell’Arte italiana y conocidos en todos los lugares: Crispino, Pulcinella, Pantalón, Arlechino, etc. Ellos se lanzan a la escena para crear la farsa perfecta, en la que múltiples aspectos de la vida se entrelazan en una conseguida trama, en la que las escenas se suceden con una naturalidad pocas veces igualada y en la que los personajes quedan admirablemente esbozados y perfectamente encajados en el marco barroco de un país imaginario en el que la realidad y la fantasía conviven y se complementan de tal forma que no llega a hallarse diferencia entre ellos.
Por Los intereses creados su autor recibió en 1922 el Premio Nobel de Literatura.