Faustino Cuadrado Valero: Los amantes infinitos, Diversidad Literaria SL, 2014, 480 págs. (Reseña)
Literatura como la del presente libro es la que precisamos en el día del de hoy: una literatura verdadera, no un producto de consumo hecho a medida de unos lectores que no lo son. Habré de explicar a qué me refiero.
Por lectores que no lo son aludo a los numerosos advenedizos de la cultura literaria: gentes que no aman los libros, pero que consideran leer como u deber social. Y cuando —por pereza, desidia o desinterés— no lo cumplen, sienten remordimientos y se llevan el libro a la playa «para ponerse al día de sus lecturas», como si éstas fueran los deberes del colegio. Las grandes empresas vendedoras de libros —no sé si merecen en puridad el nombre de editoriales— fabrican para estos lectores obras fáciles, muchas veces con escaso texto y menos contenido; otras, con abundancia de imágenes, para que se pueda uno hacer la ilusión de haber leído un libro, cuando en realidad sólo ha ojeado rápidamente una serie de ilustraciones. Se crea una literatura superficial e inane, con conflictos mezquinos, planteamientos estereotipados, personajes planos, párrafos cortos y diálogos mezquinos, para facilitar el proceso de lectura a gentes sin hábito de leer.
En medio de este panorama que domina las letras de nuestro tiempo, es altamente refrescante encontrar literatura real, verdadera, densa e intensa, como lo es Los amantes infinitos, una historia que no es para leer con prisa, no es para consumir, sino para degustarla despacio e incluso una y otra vez. Es obvio que su autor, un escritor con varias obras destacadas en su haber, domina su oficio a la perfección y en su prosa se nota una carga de lecturas, un amplio conocimiento de los recursos narrativos de los grandes maestros de la novela.
Estamos ante un drama histórico de profundo calado que nos relata cómo quedan afectadas las vidas de sus protagonistas por el proceso de independencia cubano a fines del siglo xix, un tema interesante para España y que se trata con la necesaria rigurosidad, al par que se aprovechan las posibilidades dramáticas que permite la ficción. Se nos habla del enfrentamiento de dos familias a lo largo de varias décadas, del daño que pueden hacerse unos a otros los seres humanos cuando el destino los enfrenta. Se hace con gran habilidad narrativa, como es habitual en este escritor.
El aspecto de cómo las posturas políticas pueden determinar odios y crueldades es siempre interesante. A través de las familias de los Alba y los Martín conocemos posturas enfrentadas, formas distintas de entender la realidad que nos circunda. Las buenas historias se basan en el conflicto y Cuadrado Valero hace aquí un gran despliegue de imaginación para darnos un libro de los que merecen quedar y de los que, una vez leídos, no se olvidan.