La risa tiene cabida en la literatura (Alfonso Vázquez)

La risa tiene cabida en la literatura (Alfonso Vázquez)

El profesor Enrique Gallud Jardiel, nieto de Jardiel Poncela, vuelca sus conocimientos sobre Literatura y Literatura de Humor en la inteligente y tronchante Historia estúpida de la literatura, de Espuela de Plata, un libro que pone patas arriba la crítica literaria y en el que el autor es capaz de transmutarse en casi cualquier gloria de las Letras

El que la genética pueda preservar la excelencia lo podemos comprobar en los hijos de Juan Sebastián Bach, que no salieron precisamente incapaces para la Música. Esta regla también se da en el caso que nos ocupa, porque el autor de la Historia estúpida de la literatura, Enrique gallud Jardiel, es nieto de Enrique Jardiel Poncela. Pero no sólo los genes juegan un papel. Como no dejó de repetir Ortega y Gasset, uno es un servidor y sus circunstancias, y en las circunstancias vitales de Enrique Gallud (Valencia, 1958) no sólo encontramos sendos doctorados en Filología Hispánica por la universidad Complutense y la de Nueva Delhi, sino también una miríada de trabajos y ensayos literarios, entre los que destacan, por el asunto que nos ocupa, libros sobre Pedro Muñoz Seca, el teatro de Jardiel Poncela y una biografía de su abuelo. Además, y aquí quizás vuelvan los genes, dirige la Compañía Teatral Barbieri.

Todos estos genes y circunstancias han dado como resultado uno de los libros satíricos más divertidos e inteligentes de los últimos tiempos, porque Enrique Gallud emplea sus profundos conocimientos literarios para reírse de la literatura, aunque la carcajada, ojo, denote un profundo amor por ella.

En esta obra, que edita con su tradicional estética de los años 30 la editorial Espuela de Plata, el lector se topará con una saludable burla a los emperifollados trabajos literarios y la labor de los críticos; encontrará una antología de gran verismo de textos clásicos «recién encontrados», así como una selección

de resúmenes en versos de grandes clásicos; para terminar con un tronchante taller de escritura. Es un enloquecido gazpacho literario en el que pueden encontrarse muchos guiños a la otra Generación del 27 que encabezó Jardiel

Poncela, pero en el que también podemos toparnos con el humor de Luis Sánchez Pollack, Alfonso Ussía, Woody Allen y, faltaría más, con el de Enrique Gallud Jardiel, que para eso es el maestro de ceremonias.

Porque hay tener mucho camino recorrido en esto de los libros para escribir un supuesto ensayo sobre el ventilador en la poesía española y localizar una primera y clara mención en Gonzalo de Berceo, en concreto en su supuesta obra Loores y más loores de Nuestra Señora: «Era un sabio de fixo e muy grande senyor/ quien fue deste artefacto el primer inventor./ non ha mexor remedio

para evitar calor/ que aquest ventiladero o aquest ventilador». O a la hora de

analizar los tópicos de la literatura bellaca, concluir que todos los hermanos se odian, como lo demuestran Caín y Abel, los hermanos Karamázov o el hombre de la máscara de hierro. «Todos se traicionan, aparentemente por un trono o una moza, pero en realidad por aborrecimiento ingénito», sentencia.

Este libro incluye una osada diatriba nada menos que Contra Cervantes, un curso para entender a Góngora en 15 días, greguerías actualizadas de Ramón Gómez de la Serna («La arroba de internet es una aque tenía frío y se envolvió en una manta») e incluso unos nunca antes publicados versos de Fray Luis de león sobre la matanza del gorrino.

Bajo el humor directo y divertido de este libro subyace un amplísimo campo de guiños y bromas literarias y ante todo, la enorme capacidad del autor para transmutarse y dar el pego escribiendo al estilo de Cortázar, Shakespeare, Garcilaso de la Vega o Carlos Arniches. Y un consejo, disfruten de

Los creadores del pánico, el divertidísmo episodio nacional que don Benito Pérez Galdós nunca publicó en vida y que Enrique Gallud Jardiel ha «rescatado» del olvido.