Jardiel Poncela, un romántico incorregible que parodiaba las novelas de amor (José Luis Picón)

Jardiel Poncela, un romántico incorregible que parodiaba las novelas de amor (José Luis Picón)

El escritor Enrique Jardiel Poncela fue un ser enamoradizo y, según su propia definición, un «romántico incorregible» que, sin embargo, dedicó algunas de sus obras a parodiar y burlarse de la literatura de amor, según Enrique Gallud Jardiel, investigador y nieto del dramaturgo.

Enrique Gallud Jardiel, nieto de Enrique Jardiel Poncela./Daniel Pinilla (EFE)

Gallud Jardiel ha reunido una selección de escritor humorísticos y cómicos de Jardiel Poncela que tienen como tema central las relaciones amorosas, las mujeres y el matrimonio en «El amor es un microbio», un libro publicado por la editorial malagueña Azimut y que se presenta esta tarde en Málaga.

Ése fue un tema «muy abundante» en Jardiel, «porque en aquella época de los años 20 había mucha literatura romántica y seudoerótica, y tres de sus grandes novelas las dedicó a desmitificar este género», ha explicado Gallud en una entrevista con Efe.

Eran unos años en los que existía «mucho consumo de mucha literatura mala de amor», y Jardiel Poncela quiso «dinamitar el género».

Por ello, mantuvo una postura «totalmente crítica y escéptica» hacia este género, ya que «los buenos novelistas del momento no escribían ese tipo de literatura, y la literatura romántica la escribía gente de segundo nivel, porque eran novelas muy facilonas».

Los lectores de aquellos libros románticos que conseguían grandes ventas eran «gente de clase media y baja, sin mucha preparación cultural», según Gallud.

«Jardiel Poncela tenía la intención de acabar con esa literatura, y empleó la sátira y la parodia como elemento destructor. Quería eliminar la mala literatura burlándose de ella y mostrando sus trucos, la estructura interior con la que estaba hecha, y destripaba los trucos de esos escritores», ha explicado.

Pese a ello, en algunas comedias del propio Jardiel una historia de amor es el centro de la acción, «pero siempre desde un punto de vista irónico y satírico, y nunca se tomaba esas cosas muy en serio».

«Los problemas que se podían presentar, de amores, adulterios, infidelidades o triángulos amorosos, que eran la base del teatro del momento, los presentaba siempre de manera burlesca, no tomándolo en serio, sino mostrando lo absurdo de esas situaciones», ha precisado Gallud.

En su vida personal, Jardiel no fue demasiado coherente con sus planteamientos literarios y se comportó como un ser «enamoradizo, muy amante de las mujeres, que tuvo muchas historias amorosas y vivió obsesionado con el amor».

«La literatura es una cosa y su vida, otra. Se tomaba el amor muy en serio y sufrió bastante por sus desengaños amorosos. En su literatura se vengaba del daño que las mujeres le habían hecho en la vida real y muchos de los personajes de sus novelas y comedias están tomados de mujeres que conoció».

Quizá por ello se ha atribuido a Jardiel una misoginia que Gallud no cree cierta, porque asegura que sentía «pasión por su madre, quería mucho a sus hermanas, con las que vivió toda su vida, tuvo muchas parejas y dos hijas».

«Pero Jardiel decía que las mujeres honradas y buenas literariamente no tienen mucho interés porque son aburridas, y para hacer una novela interesante la protagonista tiene que ser o una mujer muy tonta o muy mala, una vampiresa», ha señalado Gallud.

Al ser todas sus protagonistas femeninas «malas o tontas», se ha dicho que «odiaba a las mujeres», pero Jardiel «era en general muy crítico con toda la humanidad, con las mujeres y con los hombres también».