La editorial malagueña Azimut publica El cine de Jardiel Poncela, de Enrique Gallud Jardiel, nieto y biógrafo del dramaturgo. Se trata de la primera monografía sobre el papel innovador que en el cine tuvo Jardiel, uno de los primeros españoles en Hollywood, autor de novedades mundiales como la primera película en verso o los Celuloides rancios.
Es una lástima que una interpretación tan miope como desnortada del callejero de Madrid haya traído a colación en los últimos tiempos la figura de Enrique Jardiel Poncela, un genio de las letras españolas sobre el que sigue pesando el falso tópico de escritor franquista, pese a la censura que sufrió y a la fama de «rojo» que arrastró en los círculos oficiales durante la dictadura.
Para contrarrestar el disparate la casualidad ha querido que casi coincidan en el tiempo el informe surrealista de la Universidad Complutense sobre el callejero madrileño con la publicación en la malagueña Ediciones Azimut de El cine de Jardiel Poncela, del nieto del dramaturgo, Enrique Gallud Jardiel. que además es uno de sus principales biógrafos y ensayistas y que en 2014 publicó la completa biografía Jardiel: la risa inteligente.
Existían estudios parciales sobre Jardiel y el séptimo arte, como la monografía La otra generación del 27 de José María Torrijos, centrada en José López Rubio, o la espléndida recopilación de textos cinematográficos de Jardiel de la editorial Rey Lear A 40 kms. del Pacifico y 30 de Charles Chaplin, pero esta es la primera vez que se aborda en un libro en exclusiva el papel que en el cine tuvo este madrileño que en los años treinta del siglo pasado partió a Hollywood siguiendo la estela de su amigo, el también dramaturgo José López Rubio, para trabajar como guionista y adaptador de películas en el departamento de español de la Fox Film Corporation. Fue una labor a la que Jardiel no le dio excesiva importancia, como destaca Enrique Gallud, pese a que fue un auténtico pionero que abrió caminos inéditos en el cine. Y como muestra dos botones: En 1933 incorporó diálogos y efectos originales a seis cortometrajes mudos rodados entre 1903 a 1908 y los transformó en unas parodias humorísticas agrupadas con el nombre de Celuloides rancios. Woody Allen hizo algo parecido con una película japonesa tres décadas más tarde.
Además, de Jardiel fue la primera película rodada en verso, precisamente la adaptación para la gran pantalla de su obra Angelina o el honor de un brigadier, rodada en Hollywood en 1935. De esta hazaña escribió: «He sido el único en el mundo que ha osado y realizado con éxito una película en verso, en medio del asombro y del estupor de los productores norteamericanos (…) No creo (…) que nadie se lance nunca a una empresa semejante». Habría que esperar a películas como Cyrano de Bergerac (1990) o El perro del hortelano (1996) para volver a ver algo semejante.
La relación del autor de Eloísa está debajo de un almendro con el cine comenzó en España en 1927 con la adaptación para la gran pantalla de una obra de Carlos Arniches. Es mi hombre y en 1933 escribió el argumento para Se ha fugado un preso, la primera película española invitada a participar en la Mostra de Venecia, aparte de que fue nominada a Mejor Película Extranjera. De 1927 a 1940 —año en que se retira del cine— intervino de una forma u otra en 24 películas, incluidos sus celuloides y dejó la impronta de la gran pantalla en obras de teatro tan cáusticas como El amor solo dura 2.000 metros, subtitulada Comedia de la vida de Hollywood.
El libro incluye, además del estudio sobre su papel en el cine, textos no publicados hace décadas sobre esta industria como los descacharrantes argumentos de los Celuloides rancios o un brillante monólogo para la actriz Catalina Barcena con quien Jardiel coincidió en la Fox y que es una divertidísima mirada a la forma de hacer películas en Estados Unidos.
Enrique Jardiel Poncela quizás no dio mucha importancia a este trabajo con estrellas rutilantes y productores locos, pero tras la lectura de este libro no hay duda de que fue un pionero también en el séptimo arte y a nivel mundial. Como para retirarle una calle en Madrid.