Acabo de terminar de leer El follón del fin del mundo de Enrique Gallud Jardiel… ¡Y Enrique le saca los colores a Lope de Vega!
Pues así son las cosas. El escritor más prolífico de las letras castellanas ha sido sin duda el señor Lope de Vega, pero en los últimos tiempos el señor Gallud Jardiel se le acerca peligrosamente y amenaza con rebasar dejándole con dos palmos de narices. Enrique escribe a una velocidad tan de vértigo que parece que lo haga desde la azotea de un rascacielos. Yo soy admirador incondicional de la literatura de Enrique y tengo que reconocer con rubor… que escribe (y publica) mucho más rápido de lo que yo soy capaz de leer. Resumiendo, que Enrique escribe a tal ritmo – y tan bien – que hace que los demás nos sintamos como el Coyote…
Lo último que he tenido el placer de leer de Enrique ha sido El follón del fin del mundo, novela apocalíptica donde se relatan las peripecias de los últimos supervivientes cuando el mundo llega a su fin, peripecias las cuales se descubren como un follón, de lo que se puede entender que el título de la novela es exacto. Hecho que nos demuestra que el escritor es un hombre de palabra, cosa que se agradece en los tiempos que corren. Pues sí, Enrique que, tan pronto escribe manuales absurdos como biografías interesantísimas o estudios eruditos, ahora se ha dejado caer por la ciencia ficción descacharrante… porque, encima, para más cachondeo, salta de un género a otro con la elegancia y el ímpetu de una niña rusa gimnasta. La novela en cuestión, El follón del fin del mundo, es una inteligentísima y graciosísima elucubración de un posible fin del mundo causado principalmente por la estupidez del ser humano. A este fin del mundo sobreviven un profesor, un profeta, un decorador, un esquimal, un perro, un delfín y un montón de animales polares de distintas condiciones. Y aquí, en la supervivencia de estos seres, es cuando comienza lo más interesante de la novela. Enrique, con humor e inteligencia, avanza por cómo se vuelve a crear esa cosa tan rara y que tantos problemas da, pero que tanto nos gusta y que llamamos sociedad. De esta forma, y poco a poco, Enrique nos va descubriendo que hay una cosa mucho peor que el fin del mundo… y esa cosa es: el principio del mundo. Haciendo una parodia sagaz y brillante, todos los tópicos del género – y de la Historia – van siendo arrasados por el humor y el absurdo. El autor conoce perfectamente al género humano – con toda su tontería y todos sus delirios – y le hace la autopsia definitiva. Una crítica inteligentísima que a mí me ha hecho pensar si eso del fin del mundo será una cosa tan mala… Enrique Gallud Jardiel, entre risa y risa, entre iglú e iglú, nos regala una aventura, una reflexión y un aviso.
En definitiva, otro texto imprescindible de Enrique Gallud Jardiel que hay que leer, y para leerlo, pues habrá que comprarlo… ¡Cuidado, Lope de Vega! Beep, beep…