Descripción
Cuando Vasco da Gama llegó a la costa de la India, no pasó de allí, no se decidió a aventurarse por el interior. En cambio, el autor de este libro —con catorce añitos recién cumplidos— y su madre le dieron media vuelta al país montados en una desvencijada Lambretta. Pocos ejemplos parecidos de valor y de estupidez se encontrarán en la literatura de viajes.
En esa época hoy tan remota para nosotros conocida como los setenta, concretamente en 1972 (el año más largo en la historia del hombre, pues se le agregaron dos segundos bisiestos), madre e hijo aprovecharon ese tiempo extra para recorrer más de de 3 000 kilómetros por carreteras inacabadas o embrionarias y muchas veces inexistentes, visitando selvas, templos, estaciones de montaña, reservas de animales salvajes, ashrams, santuarios religiosos y otros lugares exóticos y misteriosos de los que nunca se había oído hablar por los alrededores de la glorieta de Embajadores.
El resultado de la inevitable destilación estética que el recuerdo hace del pasado es lo que se plasma en estas curiosas páginas, escritas cincuenta años después de los hechos de marras. Es la memoria de un país que ya casi no existe, una visión analítica y crítica pero también cariñosa y agradecida del mundo hindú de la India del sur.
El lector podrá vivir con estas páginas las mismas aventuras que los protagonistas del relato, por completo fidedigno, aunque embellecido necesariamente con los recursos del estilo. Encuentros apasionantes con gentes del lugar, accidentes, peligros, situaciones cómicas y ridículas, sorpresas, peripecias de variada índole y todos aquellos ingredientes que no podían faltar y que hacen a la India tan misteriosa y tan apasionante: esto es lo que encierran estas páginas irrepetibles, porque los viajes iniciáticos de esta clase solo suceden una vez en la vida. Y una vez ya es más que suficiente.