Una línea que atraviesa las décadas y los siglos une al olvidado Juan Pérez Zúñiga, el autor de los espléndidos Viajes morrocotudos en busca del trifinus melancolicus con la Generación del 27 del humor (Jardiel, Tono, Neville López Rubio, Mihura); la línea prosigue su camino para unir La Codorniz, Azcona y Berlanga hasta llegar a nuestros días con Enrique Gallud Jardiel, nieto de Enrique Jardiel Poncela, que continúa con la tradición del humor español blanco, absurdo e inteligente, hecho para disfrutar e incluso para hacer pensar.
La colección Los humoristas, de la editorial Espuela de Plata, que ya publicó su Historia estúpida de la literatura y Español de andar por casa, edita ahora El arte de hacer de todo, tronchante e ingeniosa parodia de los libros de autoayuda cuyos consejos, sobre todo los que atañen a la salud, el lector sólo debe seguir bajo su estricta responsabilidad.
El saber enciclopédico del autor le empuja a meterse en todos los fregados, así que aquí encontramos un divertido cursillo apresurado de compra de sofás, consejos para fugarse de la cárcel e incluso para malograr una entrevista de trabajo y utilísimas disquisiciones como la exposición de razones para comprarse un volcán.
Gallud Jardiel lanza además atrevidas proposiciones que pueden cambiar la faz de la Tierra. Es el caso de su propuesta para quitar las montañas ya que «no sirven para nada, salvo para que las escalen con gran dificultad» o el alcanzar la paz mundial andando 37 kilómetros diarios, esfuerzo titánico que quitaría a la Humanidad las ganas de liarse a tiros: «Lo único que querríamos coger sería la cama».
Un libro cargado de ingenio, ajuste de cuentas a un género literario que suele servir para nivelar mesas y que el nieto de Jardiel Poncela convierte en una pieza humorística de primera división.