Descripción
Esos entes de ficción supuestamente atractivos, que nos han sido presentados como héroes –como Ulises, Sherlock Holmes, Robin Hood, Scherezade, don Juan Tenorio, el doctor Zhivago, James Bond, don Quijote, Harry Potter, Nora, Hamlet, don Mendo, Escarlata O’Hara, Godot, Sigfrido y otros más que asoman la cabeza en estas páginas– se comportan todos humanamente, lo que equivale a decir que muy mal. ¿Qué encontramos principalmente en las novelas y comedias que se han convertido en clásicos? Pues nada de heroicidades, sino todo lo contrario: un completo muestrario de asesinatos, chantajes, estupros, engaños, vilezas y canalladas variadas, que es lo que al público le gusta leer, porque, por su naturaleza, el hombre es un bicho muy malo al que no mata ni piedra ni palo y la sociedad le hace todavía peor. Muchas veces la literatura es como el estercolero de la moral. Muy bonita y tal, sí, pero completamente infame en sus enseñanzas. Los personajes a los que toma el pelo este simpatiquísimo y divertido libro son gentuza de la peor, no tienen ni la más mínima vergüenza, como el título de la obra claramente indica. Pero por eso mismo son apasionantes, porque, señores, hay que reconocer que la gente buena es tremendamente aburrida y ellos no. Sus vidas de ficción nos ayudan a pasárnoslo estupendamente bien contemplando sus sufrimientos o, como en el caso de este libro, riéndonos alegremente de sus viles peripecias. Una divertidísima visión paródica de los más famosos protagonistas de la literatura vistos como lo que son: canallas y desvergonzados y no los héroes que nos han intentado vender.