El dramaturgo escribió una serie de 31 cuentos en clave humorística durante los años 20 y 30 que se publican por primera vez y que sirven como buen ejemplo del humor elegante que sigue perenne hoy día
»Hay dos maneras de conseguir la felicidad, una hacerse el idiota; otra serlo», con esta definición de la felicidad, Jardiel Poncela sienta las bases de su humor. Inteligente, ácido e irreverente en una época dominada por el militarismo, la censura y el control político. Se trata de un año en el que Jardiel Poncela ha estado más que presente en las tablas nacionales gracias a la recuperación de su obra Usted tiene ojos de mujer fatal… en la radio, en el Teatro Fernán Gómez a cargo de Ramón Paso, o el homenaje en Jardiel, un escritor de ida y vuelta en el Centro Dramático Nacional.
En este caso, Jardiel vuelve para ser leído, con El hombre que iba al dentista y otros cuentos inéditos (Biblioteca Nueva) se aleja de la dramaturgia para acercarse a esta faceta desconocida para el lector común. Se trata de una serie de escritos de su juventud que se habían pensado sin la calidad necesaria, pero que hoy día sus descendientes han considerado de gran calidad literaria y no deberían desmerecer su recopilación aunque no aparezcan en sus obras completas.
Los textos originales fueron publicados en diarios como La Nueva España, La Correspondencia de España y La Libertad, entre otros, aunque también en semanarios como Buen Humor y Gutiérrez. Todos ellos tienen una marcada impronta del autor, con un humor irreverente cercano a lo absurdo que rompía con las barreras de la época, huyendo de las corrientes, pero manteniendo un toque vanguardista mezclado con el costumbrismo.
El hombre que iba al dentista y otros cuentos inéditos, está relatado en su mayoría en primera persona, lo que lleva a suponer que gran parte de los relatos han sido vividos por el propio Jardiel Poncela, al que no le importa reírse de sus propias andanzas y contagiar esa risa absurda al lector. Unos cuentos escritos con juegos de palabras, con sarcasmo y greguerías propias del mismo Ramón Gómez de la Serna. Una literatura que había sido desmerecida por el mismo, pero que el nieto del autor, Gallud Jardiel, ha decidido recuperar: «entre aquellos escritos repudiados hallamos muchos de gran calidad que no desmerecen en absoluto de los que sí incluimos. Por ello, nos hemos permitido llevarle la contraria a Jardiel y dar ahora a conocer a sus lectores estos escritos suyos de juventud que consideramos muy interesante».
Jardiel, el genio del humor del 27
Considerado como uno de los mejores escritores humorísticos de la literatura española, Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901- 1952) publicó novelas, cuentos, artículos, obras de teatro y guiones cinematográficos. Fue un activo participante de la tertulia La sagrada cripta del Pombo, dirigió películas en París y Hollywood y participó en cantidad de tertulias radiofónicas.
Obras como Eloísa está debajo de un almendro o Amor se escribe sin hache, son una buena representación de su humor en el teatro, aunque esta vez Jardiel se lee desde la juventud de un dramaturgo al que le pagaban 40 pesetas la línea.