El bohío cubano

El bohío cubano

El origen de la palabra es incierto y se encuentran variantes ortográficas y fonéticas: bojío, buhío, bujío, etc. Posiblemente sea de origen taíno. Se emplea desde el siglo XVI.

Se trata de una cabaña modesta, construida en madera y ramas, paja y barro, de pequeñas dimensiones, originariamente carente de ventanas y sin más respiradero que la puerta. Tiene planta rectangular, la fachada en uno de los lados menores y techo a dos aguas. Se encuentra en toda la zona de las Antillas, aunque más frecuentemente en la isla de Cuba.

Durante la época colonial eran casas para los indios y sólo eventualmente las poblaron negros, ya que entre las prohibiciones que existieron en la América española para los esclavos, aparecía la de “no poseer casa ni bohío propio ni alquilado”.

Esta vivienda la llevaron al Caribe los amerindios taínos, una etnia procedente de Sudamérica (probablemente del noroeste del Brasil) y ya desaparecida, a decir de diversos historiadores, aunque muchos caribeños de Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana siguen considerándose taínos. Organizaban sus poblados en claros de selva, tierra adentro, con dos clases de habitáculos: el bohío propiamente dicho y el caney, una variedad más pequeña, circular y de techo cónico, donde vivía el común del pueblo. Los bohíos, originariamente, estaban reservados a los caciques, a los sacerdotes (denominados ‘bohiques’) y a los guerreros más respetados.