Éste es un oficio muy famoso, aunque en realidad hayan sido pocas personas los que realmente lo han desempeñado en la historia. La palabra viene del latín inquirere, aquel que busca o inquiere. El nombre lo recibían los tres jueces que constituían el tribunal de la Inquisición, una organización creada por la Iglesia Católica para extirpar la herejía religiosa, la heterodoxia ideológica y, en general, las ideas contrarias a su fe.
La figura del inquisidor ha estado rodeada siempre de un halo de misterio. Se les suponía crueles y fanáticos, y la literatura los ha empleado abundantemente en argumentos relacionados con quema de brujas, etc. En realidad, los inquisidores eran sacerdotes con una formación jurídica adicional. No se dejaban influir excesivamente por prejuicios populares. Más que a brujas, perseguían a intelectuales cuyas doctrinas atacaran de una u otra forma el dogma cristiano.
El poder de los inquisidores dependía del país. En algunos, además de a los supuestos herejes se perseguía también a homosexuales y a gentes de conducta «inmoral». Había distintos tipos de inquisidores: teólogos calificadores, fiscales denunciantes, fiscales, defensores, etc. El inquisidor principal da cada nación recibía el nombre de Inquisidor General. En su poder estaba castigar a los reos con multas, confiscación de bienes y ejecución mediante el hacha, la horca o la hoguera.
¿Sabías que junto a Inquisidores Generales famosos como Torquemada o Bernardo Gui, estuvo también el cardenal Cisneros? ¿Que la Inquisición data de 1184 y que la primera fue la de Francia, de donde pasó a otros países? ¿Que el nombre por el que se le conocía generalmente era el de «Santo Oficio»? ¿Que en España no se abolió hasta 1834, pero que muchos tradicionalistas pidieron su reinstauración? ¿Que sigue existiendo, bajo el nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe?