Herman Melville (Nueva York, 1819-1891), el padre literario de la ballena Moby Dick, es uno de los escritores que se desencantaron de la práctica de la literatura. De joven ejerció numerosos oficios (periodista, granjero, empleado de banca, profesor). También viajó por medio mundo en un barco ballenero, vivió entre caníbales en los Mares del Sur, residió en Honolulu, fue encarcelado en Tahití por amotinarse en un barco y corrió muchas otras aventuras, que luego describió en sus libros.
En 1851 publicó su obra más ambiciosa, Moby Dick, la persecución que el capitán Acab, prototipo del puritano, hace de una ballena blanca que simboliza el mal. Pese a la fama que lograría más tarde, la novela fue un tremendo fracaso económico. Durante la vida de Melville no se llegó a vender la primera edición de 3000 ejemplares. Además, recibió muy malas críticas. Desalentado, Melville decidió abandonar definitivamente la literatura.
Buscó trabajo y se convirtió en empleado de aduanas del puerto de Nueva York, empleo que conservó durante diecinueve años, hasta que se jubiló. Desde que comenzó esa actividad hasta su muerte Melville no escribió ni una sola línea y vivió olvidado de todos. Su actividad intelectual quedó reducida a escudriñar las maletas de los viajeros, para evitar el contrabando.
La obra de Melville no fue suficientemente reconocida en su día, pero actualmente goza de un merecido prestigio, convirtiendo a su autor en uno de los principales novelistas de su país y uno de los precursores de la literatura existencialista.