Reseña: Viajes chapuceros y lugares espantosos, de Enrique Gallud Jardiel
Nos encontramos ante un nuevo libro de Enrique Gallud Jardiel, un escritor con muchos libros en su haber que en los últimos años ha derivado de manera radical hacia la literatura cómica, hacia el «ensayo cómico», un género difícil y poco habitual, pero muy satisfactorio si se aborda con gran pericia, como el autor lo sabe hacer.
Conocemos otras obras suyas y nos consta su gusto por la parodia de géneros o, más bien, por la parodia de modelos de libros. Gallud Jardiel ha publicado una Historia estúpida de la literatura para burlarse de la crítica literaria, Español para andar por casa para meterse con los políticos y los periodistas que deterioran el idioma castellano, Majaderos ilustres para desmitificar a las grandes figuras de la historia, El arte de hacer de todo para atacar a los libros de autoayuda, y otros con la misma intención demoledora, como uno de los más recientes: Historia cómica de España.
Su humor es cáustico, sin dejar de ser elegante y altamente ingenioso.
El libro que nos ocupa —segmentado en capítulos breves y de amena lectura en donde el autor toca los más diversos géneros: cuento, poesía, teatro, reportaje, entrevista, etc.— es una parodia de la literatura de viajes y del mundo del turismo. Se halla dividido en cuatro partes bien delimitadas. La primera, «Viajeros sin alforjas» presenta la cara oculta y cómica de grandes viajeros que quizá no viajaron tanto ni tan lejos ni tan bien como se nos ha dicho. Las aventuras que se nos cuentan de Marco Polo, Ulises, Dante, Scott, Americo Vespucio y otros son francamente divertidas.
La segunda sección, «Lugares exóticos aunque cochambrosos», nos propone un recorrido por los monumentos más emblemáticos de ciudades de ésas que nunca faltan en los libros de viajes (como Samarcanda o Tombuctú) y de otras más quizá a nuestro nivel (como Villanueva y la Geltrú, por poner un ejemplo).
«Bellos refritos de periplos literarios» es un divertido y original ejercicio de literatura apócrifa donde el autor imita estilos de grandes autores y nos presenta fragmentos de libros falsos de viajes, como una supuesta comedia de Lope de Vega sobre el descubrimiento de América, una aventura de Julio Verne, una nueva novela de Tarzán y otros textos igualmente sorprendentes.
La última sección, «Vademécum del trotamundos cansado» ironiza de pleno sobre el mundo del turismo: los aeropuertos, las reservas, los hoteles, los museos y toda la parafernalia de los que viajan con la exclusiva finalidad de hacerse la foto.
Es un libro muy gracioso, de gracia fina y culturalista, y enteramente distinto de los habituales monólogos televisivos, que es lo que hoy se vende principalmente como humor. Gallud Jardiel ha sabido encontrar un estilo propio y con su hábil manejo de los distintos géneros ofrece al lector diversión de gran nivel.