La catedral de Nuestra Señora de París, dedicada a la Virgen María, es una de las joyas más destacadas de la arquitectura gótica y, probablemente, la más famosa. Data del siglo XII. Su construcción se inició en 1136 y duró solamente nueve años. Se encuentra en la plaza Parvis, en la isla de la Citê, rodeada por las aguas del Sena. En ella se efectuaron ceremonias destacadas, como la coronación de Napoleón o la beatificación de Juana de Arco.
Pero, pese a su belleza e importancia histórica, la fama le viene de mano de la literatura, pues el escritopr romántico francés Victor Hugo ambientó en ella una de sus más destacadas novelas: Nôtre-Dame de Paris, de 1831. La historia se centra en Quasimodo, un campanero jorobado, contrahecho y desfigurado que se enamora de una bella gitana llamada Esmeralda y que se oculta con ella en el interior de la catedral, para salvarla de sus perseguidores.
La catedral es, de hecho, el hogar del protagonista, que vive en sus torres. Para él no había nada fuera de aquel recinto, no concebía otro hogar ni otro mundo. Las vidrieras eran su paisaje y las gárgolas, sus amigos.
Su emplazamiento se había considerado mágico desde antiguo. Allí se celebraron ceremonias celtas, los romanos erigieron un templo de devoción al dios Júpiter y se construyó la primera iglesia cristiana de París, levantada por los merovingios en el siglo VI.