Numerosos medios de comunicación han recogido la reciente gesta artística del dibujante malagueño José Pablo García, autor de un cómic sobre la vida de Joselito, el niño prodigio, en el que en cada página exhibe un estilo distinto, así que en este tebeo conviven desde Roberto Alcázar y Pedrín hasta el manga, el trazo de tono, el underground o el expresionismo.
Algo similar es lo que realiza el profesor Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958) pero en el poco frecuentado terreno del humor literario. De este nieto de Enrique Jardiel Poncela ya reseñamos una hazaña parecida, Historia estúpida de la literatura (Espuela de Plata). Ahora repite este brillante travestismo literario cargado de causticidad en Grandes pelmazos de las letras universal (editorial Dalya), otra buena exhibición de lo que debe ser una parodia. Porque este libro recopila en prosa y verso textos nunca antes localizados de grandes escritores de todos los tiempos, cierto que textos polémicos. Así, de un ensayo sobre poesía y bichos Enrique Gallud ha extraído estos versos nada memorables de García Lorca: «Sobre el tórax de Carmina/ tienden su cama las liendres/ y, enervadas por su olor,/de vez en cuando la muerden».
El profesor valenciano, doctor en Filología Hispánica, parodia una amplísima gama de estilos posibles (a los cursis les gusta más eso de sensibilidades) y hasta se atreve a resumir obras inmortales como El retrato de Dorian Grey de esta guisa: «Un amanerado comete tantos y tantos pecados que se le notan hasta en el carné». La capacidad para mimetizarse en cualquier autor clásico –que Gallud define como «un retratado» porque «si tu imagen no está por ahí, no eres un clásico»–es sencillamente asombrosa, lo que hará disfrutar mucho a lectores de largo recorrido, esos que no quieren ni verle la sombra a Grey. A este respecto resultan insuperables una falsa epístola de san Pablo sobre gastronomía dirigida a los sibaritas o las reflexiones de Borges sobre Carrefour. Parodias que no son sino humorísticas declaraciones de amor a los grandes escritores.
Pero la exhibición humorística de Enrique Gallud no para aquí. También en la editorial espuela de plata acaba de publicar Español para andar por casa, una reflexión cargada de mordacidad y sentido común sobre las atrocidades realizadas contra la lengua española por políticos, periodistas y otras gentes de mal hablar. Detrás de las reflexiones jardielescas sobre nuestro idioma, con sugerentes aportaciones como la palabra multicida(«un asesino al que le cunde») hay sobre todo una protesta humorística contra la burricie: el «le hablo desde la libertad » o «lo he hecho por y para ti»; la invasión mema del inglés o los colonizadores eufemismos, que Gallud define como «procedimientos lingüístico-inmorales para justificar nuestro mundo y manipular lo que haga falta».
Como se ve, humor audaz para el lector más inteligente. Digno de La Codorniz y del otro Jardiel.