Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo (Pepe Pelayo)

Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo (Pepe Pelayo)

Mi amigo y colega, el escritor y humorista español, Enrique Gallud Jardiel, acaba de publicar otro libro más (su productividad, para suerte nuestra, es envidiada en cualquier flujo de producción). Su nueva obra se llama “Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo”.

¿De qué se trata el libro? Copiaré aquí sus palabras en la “introducción” donde lo explica parcialmente: “… si queremos conocer la literatura anterior a la aparición de los dispositivos móviles, la cosa no puede hacerse sin anestesia previa: en este caso, mediante la simplificación de textos que les parecen muy complicados a los de nuestra generación, pese a que nuestros bisabuelos y tatarabuelos los entendían perfectamente”. (No quiero dar más información que la necesaria para motivarlos, amigos lectores).

En fin, que veremos versiones muy libres, bastante libres a veces, lo mismo de Dostoyevsky, o Séneca, que de Les Luthiers o de algún querido colega anónimo.

Les doy mi palabra de que tengo muchas cosas pendientes de hacer, incluyendo vivir a plenitud, estudiar, crear y leer. Sin embargo, cuando Enrique me envió su libro frené mi frenesí e hice un espacio para leerlo, porque me tiene acostumbrado a sorprenderme gratísimamente. Y no me defraudó una vez más. Me he reído de lo lindo de principio a fin. Ese típico humor suyo donde le da rienda suelta a su creatividad, su imaginación, su buen gusto, pero sobre todo donde muestra y demuestra en cada línea su profunda cultura, sus profundas lecturas, hace que disfrute al máximo su obra en varios planos.

Para el que no lo conozca en esta parte del mundo, les diré que es nieto de uno de los principales responsables de la formación de mi sentido del humor. Un grande entre los grandes de España. Pero no lo mencionaré, porque ya va siendo hora de que este Enrique, aunque no sea su objetivo, suelte esa coletilla cada vez que se hable de él, ya que brilla con luz propia hace rato.

Es uno de mis humoristas favoritos y recomiendo este libro a ojos cerrados. Créanme.